Por: John Jairo Bohórquez Carrillo Médico, Magíster en Administración en Salud Twitter: @Johnbo100 Don José Don José tenía 88 años, no iba al médico, hacía todos los mandados de la casa, con caminatas diarias de hasta 4 km. No se quejaba de nada. Los hijos, asombrados, se interrogaban: — ¿Cómo es posible que este viejo sea tan irresponsable que nunca se haya hecho un chequeo médico?—. Le propusieron visitar al médico, infructuosamente. Él se resistía, y preguntaba: —¿Para qué un chequeo? No lo necesito. Yo estoy bien—. Pero después de varios meses de ruegos insistentes, los angustiados hijos lograron persuadirlo y fue a consulta. El médico lo encontró muy bien. Era un médico acucioso. Le dijo: —Usted está, aparentemente, sano, don José. Sin embargo, a su edad hay que pensar en la próstata. ¡Hay que buscar! Debo hacerle un tacto rectal—. Encontró crecida la glándula, como la tendría cualquier viejo de su edad. Y entonces decidió ordenarle los exámenes de rigor. "Algo debe haber&quo